Nunca nos fuimos, pero ahora volvimos

Otra historia, otra vivencia personal, que no pueden dejar de leer. Un personaje particular.

Los que lo conocen, lo destacan por sus buenas cualidades para el deporte, y por sus chatos y deformes pulgares desgastados de tanto jugar a la playstation, otra disciplina que le sienta muy bien.

¿De quien hablamos? Quizás sea mejor ocultar la identidad de nuestro amigo por ahora, y cuando sea un reconocido deportista mundial nos mofemos de haber escrito una nota sobre el. O tal vez termine siendo un simple personaje bizarro de CRONICA TV, al estilo Zulma Lobato, o el hombre que tiene un chip en la cabeza. No sabemos, pero de lo único que estamos seguros, es que no va a pasar desapercibido por la vida. Por lo menos no lo hizo hasta ahora. Vamos a llamarlo “Edu”, para referirnos a el.

Nacido en Rawson - Chubut, y criado en el barrio “Los hornitos”, Edu experimento desde pequeño una gran amistad con las pelotas. De fútbol, de tenis, de básquet, de lo que sea. Le gustaban todas las redondas, y por eso hoy en día se come cuando puede, alguna gordita.

Realizar deporte para el era disfrutar, pero a la vez, lo sufria. No le gustaba perder ni a las bolitas. Como aquella vez, que golpeo a su madre en la cara luego de haber perdido un “envido-envido” en un partido de truco.

De todas las disciplinas que le gustaba realizar a nuestro amigo, el fútbol siempre fue la de su mayor agrado. Desde pequeño concurrió al club Germinal, donde realizo sus primeros pasos en este deporte. Edu era realmente una gran promesa de la categoría, y lo demostraba partido a partido y torneo a torneo, donde supo obtener premios de goleador, figura, o el más particular “el jugador con los tobillos más rotos de la liga”.

Pero solo a 100 metros de las canchas de tierra que lo vieron crecer con la redonda de cuero, se encontraba otro lugar sagrado, que conocería gracias a un amigo personal de la infancia, “Angulito”. Ya contaremos su historia mas adelante.

Edu descubrió el básquet, y al igual que en el fútbol se destaco mucho en ello. Pero al principio, fue muy cuestionado en el ambiente Germinalista. El problema fueron los dichos que hacían creer, que a pesar de sus 12 años, entablaba una relación amorosa con por entonces, la actual DT Cintia Fernández, y que gracias a esto, tenia un lugar indiscutido en el equipo.

Pero luego Cintia abandono la institución, y Edu continuaba siendo titular y muy importante en los partidos que disputaba. Así dejo en claro que no estaba acomodado, sino que verdaderamente tenia cualidades. A partir de allí, demostró su potencial y actualmente se perfila como una de las mayores promesas basquetbolisticas del Club.

Pero no todo en la vida de Edu era deporte. La noche fue otro factor que influyo mucho. Sus hermanos lo condujeron por el camino del alcohol, camino en el cual hoy se encuentra recostado, y muy cómodo por cierto. Fanático del fernet con coca, del regueton y de la fiesta, seria un descripción ideal para el.

En el amor, Edu fue verdaderamente bondadoso, caritativo. Nunca discrimino aspecto, edad, apariencia, ni nada por el estilo. Conoció mujeres muy hermosas que se enamoraron rápidamente de el, como tambien disfruto de los acalorados besos de apariencias femeninas bastante despreciables (por no decirle bichero). “Sobre gustos no hay nada escrito” y el lo entendió muy bien.

Actualmente Edu disfruta de un gran momento en el primer equipo de Germinal, y de una satisfactoria relación amorosa con una hermosa muchacha. ¿Qué mas puede pedir este barrilete cósmico, que a tan corta edad ya tiene tantos logros en su haber? Como dije al principio del relato, los que tienen la suerte de conocerlo, podrán estar al tanto de su existencia. Y para los que no, cuidadoconlabombilla les contó aunque sea un poco, de esta gran historia de vida que esta surgiendo.


En la foto, Edu con dos de sus mayores habilidades.

Para ustedes, cuidadoconlabombilla.